Amalfi

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La Santísima Virgen Inmaculada, protectora de la Tierra del Tigre desde el Alto de la Virgen

El Municipio de Amalfi es el eje principal y la cuna de las familias Rodas Rúa. Si bien la extensión territorial del municipio lo hace uno de los más grandes del departamento de Antioquia con 147 kilómetros cuadrados, la cabecera municipal es más bien pequeñas con unas 20 calles cuadradas y uno de los trazados urbanísticos más perfectos del departamento, orgullo local. Los límites del gran territorio municipal ubicado en el Nordeste de Antioquia son: N Anorí y Segovia; Occ Segovia, Remedios y Vegachí; S Vegachí, Yalí, Yolombó y Gómez Plata; Oe Carolina del Príncipe y Anorí. El municipio es sede de uno de los mitos antioqueños más populares, el Tigre de Amalfi, que surge de un acontecimiento real que alimentó la imaginación popular, la creatividad paisa y su orgullo. También el municipio es conocido como el Cesar del Nordeste y Caser del Nordeste. En los cuentos del Maestro Tomás Carrasquilla es referido como "Amalfias", seguramente la manera popular como los antioqueños de entonces y especialmente aquellos del Nordeste usaban para referirse al pueblo bautizado italianamente por Monseñor Juan de la Cruz Gómezplata.

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Historia

El mito de Amalfi, el tigre, nació de una historia real.
El municipio de Amalfi fue fundado en 1838 por Juan José Rojas, un sacerdote de Copacabana, y por mineros que procedían de otras poblaciones antioqueñas. La nueva población fue eregida municipio pocos años después, en 1843.

Amalfi tuvo además varios nombres como Riachón (en nombre del principal río de la región), Cancán, Santa Bárbara, Cueva Santa y por último Nueva Población, antes de recibir el nombre de Amalfi gracias a monseñor Juan de la Cruz Gómezplata, obispo de Santa Fe de Antioquia. Mencionan las crónicas que el obispo, en sus viajes por Italia, quedó enamorado de la ciudad costera de Amalfi (Italia), sobre el Mar Adriático.

Las calles de esta población paisa que han sido admiradas a través de las décadas por su perfeccción geométrica, fueron trazadas por Segismundo de Greiff (ancestro del poeta y maestro antioqueño León de Greiff), y por el profesor Antonio Aguilar.

Como pueblo de tradición minera, fue por mucho tiempo una ciudad pacífica y tranquila en medio de las últimas estivaciones andinas de Antioquia.

Hoy día, en 2006, según la corporación Viztaz, de Medellín, "Es un municipio de gente amable, de un excelso trazado urbano, y uno de los más tradicionales del Nordeste antioqueño, al que se llega por una vía pavimentada en buen estado. Su vida transcurre entre parques naturales que invitan a un baño de quebrada, petroglifos indígenas tallados en grandes rocas, un embalse y la historia de un mítico animal que apareció en 1949 y que se convirtió en un ícono imborrable del municipio: el "Tigre de Amalfi", que hace parte constante de los relatos y de la tradición oral de la localidad. "

El Tigre de Amalfi

Muchos niños amalfitanos y desde ellos muchos otros de Antioquia, crecieron con los cuentos hechos y rehechos por generaciones acerca de la existencia de un tigre descomunal que rondaba las laderas y selvas aledañas al que fuera el pequeño pueblo de Amalfias, como lo llama el Maestro Carrasquilla. Dicen que era un animal tan grande como un toro y que sus garras fuertes podían descabezar un caballo con solo rozarlo. Dicen que sus rugidos paralizaban sus víctimas desde cien kilómetros de distancia y que al correr por entre los bosques tupidos, más bien parecía que volara. Dicen que nadie se atrevía a salir en las noches y que los amalfitanos de aquellos días se encerraban a rezar hasta diez rosarios para que la tal bestia no se atreviera a visitarlos en búsqueda de gente que comer. Dicen que su mirada era de fuego, chispas mortales, sin el mínimo asomo de lástima por nada ni por nadie. Dicen que era el mismísimo diablo, cuya furia y desprecio por la humanidad se olía en su mero recuerdo. Dicen los que lo vieron que viéndolo no lo olvidaron nunca y que no pudieron dormir por muchas noches porque si podían conciliar el sueño era para tener las pesadillas más espeluznantes antes tenidas. Dicen que hasta los espantos de antes quedaron espantados con semejante presencia y que por muchos años no se les volvió a ver por los lados de Amalfi, sino que todos en desbandada pegaron cuesta abajo pa los lados de Segovia y muchos fueron a dar a la mismísima Cartagena de Indias con el terror en su rostro ante tanta desolación. Pero nadie dice si el Tigre de Amalfi comía gente o no, porque de lo que más se preocupaban era de la desaparición de ganao y gallinas, reserva y tesoro de la familia paisa, sin la cual no había ni paz ni tiempo pa ir a misa. Muchos dicen que no comía gente era porque estaba esperando a acabar primero con todo el ganado de los entornos, pa despuer pelale el diente a los cristianos y desolar el pueblo en el transcurso de un año. De la fecha y datación del espanto nadie aseguraba nada: que había pasado por los tiempos del ruido, que en aquellos días ni había luz ni agua potable y que la carretera llegaba con mucho esfuerzo al Mango, que eso debía ser en el tiempo de Bolívar y muchos hasta decían que ni Cristobal Colón había pisado tierra cuando el Tigre se había adueñado del mundo entero.

Pero la cosa tiene su tiempo, forma, color, sabor y autores. Según la versión de don Abelardo Jaramillo, uno de los cazadores valientes que puso el tatequieto definitivo a la leyenda más felina de Antioquia, sucedió el insuceso por la década de los 40 del siglo XX, es decir, más reciente de lo que los cuentistas aseguran. Dice don Abelardo que es posible que el animalejo haya subido la montaña desde los lados de Zaragoza y Segovia y que se amañó por los lados de Amalfi, a salvo del clima cálido de esas sabanas que besan a Antioquia con la Costa y de los mineros que se abrían campo por esos lados. Que no era tan descomunal ni temible (pesaba 92, 5 kilos), pero sí pal ganado y pa las gallinas. Dice además don Abelardo que le pusieron las mil y una trampas y nada que caía el gatico, pero que los Vásquez, que descubrieron el camino de paso, le dejaron una trampa que consistía en una escopeta que se disparaba si el animal la llegaba a tocar. Encontraron la escopeta disparada y rastros de sangre. El 18 de noviembre de 1949 salieron cinco paisas valientes a la cacería: los hermanos Arturo, Antonio José y Miguel Vásquez, Francisco Jaramillo y su hijo Abelardo, armados de escopeta, machetes y siete perros sabuesos. Lo encontraron agonizante al lado de un arroyo. Fueron recibidos en el Alto del Zancudo por una multitud que les dio el recibimiento de valientes, banda de música, polvora y vivas encabezada por el alcalde y el párroco. De esta fiesta de un costo total de 20 pesos, pagada por el alcalde del erario público, le quedó renunciar por malgasto del mismo, de lo que concluyen los históricos amalfitanos, que, caida la fiera, cayó con ella el señor alcalde.

Generalidades

  • Fundación: 1838
  • Erección en municipio: 1843
  • Fundador: Presbítero Juan José Rojas
  • Apelativos: Ciudad señora del nordeste y La tierra del tigre.

El municipio se divide en el corregimiento de Portachuelo y 54 veredas, entre ellas El Encanto, La Guayana, El Guaico, La Gurrúa, El Retiro, Monos y La Vetilla.

Porqué recibió su nombre: En honor a la provincia de Salerno de Italia. Porque el señor Juan de la Cruz Gómez Plata asemejó el azul del cielo de esa tierra (Amalfi) con la de Amalfi, provincia de Salerno en Italia.

Qué otros nombres ha tenido: Cancán, Pueblo Nuevo, Curva Santa, Riachón.

Geografía

El municipio de Amalfi se encuentra localizado en la cordillera central de los Andes, en el nordeste antioqueño. El municipio tiene una extensión de 1.210 km² y está a 144 km de Medellín.

Es una región de grandes riquezas naturales y ricas reservas forestales y de fauna. Los principales ríos son el Porce, el Mata y las quebradas La Cruz y La Cancana.

El clima es tropical de montaña con diversidades según los diferentes pisos térmicos (de clima templado a frío). La altura de la cabecera municipal es de 1550 msnm y la temperatura promedio es de 22 ºC.

Economía

La economía de Amalfi, como la de la mayoría de los municipios del nordeste, está basada en la agricultura y en la producción de panela a partir de caña de azúcar. La producción cafetera, aunque es incipiente, ayuda a la economía local. La ganadería y la explotación forestal son otros renglones importantes generadores de divisas.

Gastronomía

Comida típica antioqueña como un buen plato de mondongo o fríjoles acompañados de aguadepanela.

Fiestas

Patrimonio histórico artístico y destinos ecológicos

Las torres de la Iglesia principal de Amalfi. Foto de Julián Lenis Rodas.

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