Nacimiento del Cardenales de Lara
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[edit] El comienzo
El advenimiento del béisbol a Carora se produce aproximadamente en 1919, de la mano del doctor Ramón Pompilio Oropeza, y en poco tiempo surgieron los dos primeros equipos, Rojos y Azules, que según la historia jugaban detrás del cementerio, en la “playa” de Don Juancho. Los terrenos donde jugaban los pioneros jugadores caroreños se les llamaba “playas”, quizás por sus grandes longitudes. Oropeza llevó los implementos para jugar, y se convirtió en el “Fundador” de la mayoría de los equipos torrenses.
Rubén Mijares, en su libro Sesenta Años del Cardenales (2002) señala que “La era del romanticismo en el béisbol caroreño, convirtió a los peloteros en artesanos beisboleros, cada uno interesado en fabricar el mejor bate o guante de la ciudad. Los guantes eran de lona y los bates de caujaro o guayabo”.
Entre 1927 y 1932, el equipo más poderoso fue el popular “Diablos de Carora”, de quien Antonio “Toñón” Herrera Gutiérrez fuera el presidente, electo por los propios jugadores. Los clubes de la época eran San Félix, Bariquigua, Piratas, Bolivia, Interrogación, Bomboná, La Victoria, Brisas de Maracaibo, El Sandino, mientras más tarde se les unirían Artes Gráficas, Juvenil Yankee, y el Venezuela.
Amabilis Mendoza y Medardo Oviedo fundan “Cardenales” en 1942, específicamente un 5 de noviembre, a partir de un pobre Brisas de Maracaibo, equipo que al parecer era el máximo perdedor entre los que jugaban en la tierra del Morere. Brisas de Maracaibo jugaba cerca del barrio Santo Domingo. El nombre de Cardenales le fue puesto gracias a los Cardenales de San Luis en el béisbol de Grandes Ligas. Las deudas del Cardenales crecían cada día, y era insostenible para sus fundadores, quienes en 1944, “tiran la toalla” y entregándole el mando del equipo a Herrera Gutierrez, quien a la postre se quedaría con el equipo.
Cardenales gana su primer gran torneo en 1945 con un trabuco dirigido por Baltasar Mujica Franco, mejor conocido como Baltasar Franco. Las primeras figuras que jugaron bajo sus órdenes eran Ramón Ángel “Cairón” Rodríguez, Antonio “El Chirricoda” Meléndez, como pitchers, además de Nacho Rosas, Germán Mosquera, Rafael “Lito” Arenas, Isidoro “Lolo” Franco, Jonás Álvarez, Adolfo Martínez, Félix “El Tuteque” Chávez, entre otros.
Con este “Trabuco Cardenal” ganó el campeonato ante Buenos Aires, Torrellas y Los Choferes, en un certamen donde participaron los mejores peloteros de Carora, entre ellos el hoy presidente de Cardenales, Adolfo Álvarez Perera, para entonces centerfield del Torrellas.
Durante la temporada de 1953, el Hall de la Fama, Luis Aparicio, vistió la camiseta del Cardenales de Carora, luego de defender el shortstop en la Serie Mundial Amateur de ese año. Luego en la temporada 1972-1973, Aparicio sería manager del equipo, pero en tierra barquisimetana.
Para 1962, Toñón Herrera se arriesgó y con un conjunto muy competidor, llevó al Cardenales al profesional en la liga Occidental, ante la dificultad de entrar a la liga grande, donde destacaban Magallanes y Caracas.
[edit] Vuelo al profesional
Para conformar un gran equipo, lo principal era el manager, y quien mejor que Earl Weaver, el mismo que llevaría a los Orioles de Baltimore a conquistar 4 campeonatos de Liga Americana y 2 Series Mundiales, y que hoy tiene su nicho en el Salón de la Fama de Cooperstown.
La gran importación era comandada por George Stepanovich, Hill Kunkel, y el cubano-venezolano Aurelio Monteagudo como parte de la rotación. El poder era representado por el catcher John Griffin, el camarero Mickey McGwire, y los jardineros Roy Youngdal, Barry Shetrone unidos a los criollos Gilberto Valbuena, Cecilio Prieto, Celestino Cepeda, y Dario Rubestein.
Los mejores equipos del torneo eran Pastora (que quedó eliminado), Cardenales (que sería el subcampeón con record de 9 y 7), y el campeón Rapiños. La siguiente temporada el Cardenales estuvo bajo la tutela del cubano Rodolfo Fernández.
Los jugadores extranjeros eran los cubanos Jacinto Hernández, Luis Tiant, y Aurelio Monteagudo, mientras que de Estados Unidos, vinieron Ken Sanders y Steve Bailey.
Cardenales estuvo escapado durante el campeonato y con record de 14-3, fue a la final con Cabimas y los barrió, algo que decretó el fin del béisbol profesional en el Zulia, ya que anteriormente, Rapiños y Pastora abandonaron el certamen ante la superioridad notoria del Cardenales en el torneo.
[edit] Contra los grandes
El deseo del Herrera Gutiérrez se cumpliría para la temporada 65-66, ya que se produjo la primera expansión en la liga, permitiendo al Cardenales y a los Tigres de Aragua entrar como nuevos equipos en la contienda por el titulo.
El primer gerente deportivo del equipo fue “El Premier” Arturo Celestino Álvarez, quien junto al Toñón fue el artífice de la nueva franquicia para Lara. Dentro del circuito radial, descollaban Luis Enrique Arias como narrador y Daniel Crespo Baroni, como comentarista. El cubano Rodolfo Fernández repetiría como manager del Cardenales.
Según Alfonso Saer, narrador del equipo desde sus inicios en Barquisimeto, indica que el 15 de Octubre de 1965 ante un lleno extraordinario en el estadio “Daniel Canónico”, Cardenales de Lara, amparado en gran pitcheo de Ken Sanders blanqueó 4 por 0, a los Leones del Caracas, en lo que significó el debut del equipo en la Liga Central de Béisbol Profesional de Venezuela.
Los equipos que jugaban en esa época eran Magallanes, Caracas, La Guaira y Valencia. Ya con 6 equipos, la liga Venezolana estaba a la par de la dominicana, cubana y puertorriqueña, en calidad y cantidad de peloteros que desarrollarían para exportar.
Durante la temporada inicial se implantaron varios records que aún perduran en la historia del equipo. El libro Grandes Pitchers en Venezuela (2003), registra que “Ken Sanders fue el primer lanzador de éxito del equipo, implantando marcas aún vigentes de innings lanzados con 150.0 y ponches propinados con 132”.
Carlos Alberto Hidalgo, ex-comentarista del circuito radial del Cardenales, apunta que Federico Velásquez fue el primer jugador en conectar cuadrangular en su nueva etapa en la Liga Grande. Por otro lado, el campocorto cubano Jacinto Hernández entró en la historia de nuestra pelota, cuando el 14 de diciembre de 1965 bateó tres jonrones ante los Leones para igualar un record de liga.
El transcurrir del tiempo hizo del Cardenales, un equipo de calidad pero sin la suerte de concretar la captura del máximo gallardete del campeonato. Tanto es así, que durante tres temporadas consecutivas acudieron a la final, cayendo en la 79-80, 80-81, y 81-82 en manos de los Leones.
Todo a pesar de contar entre sus filas con estrellas como Doug Ault, los cubanos Orlando González y Roberto Ramos, Tom Dixon, Dave McKay, Greg Wells, Robert Pate, Glen Hubbard, Lloyd Moseby, Randy Benson, Steve Shirley, Willie Upshaw, Garth Iorg, Mike Marshall, Gino Petralli, Tito Landrum, Eric Rasmussen, Jesse Barfield, entre los extranjeros, mientras que por los criollos, despuntaban los hermanos Leal (Luis, Carlos y Obdulio), Luis Aponte, William Ereú, Oswald Peraza, Fred Manrique, José Escobar, Antonio Castillo, entre otros.
Cardenales venía de ser uno de los peores equipos en los años 70, quedo eliminado seis veces y no presentaba un futuro muy alentador. Fue un tiempo donde el ahogo económico hizo pensar en más de una ocasión que el equipo abandonaría la ciudad de Barquisimeto. De la mano de Humberto Oropeza y Adolfo Álvarez Cardenales comenzó una reestructuración a fondo, empezando por la transformación del equipo en una empresa comercial y la contratación de personal a tiempo completo.
Lo definitivo de ese cambio fue la relación que se inició con los Azulejos de Toronto. Cardenales logro la incorporación de técnicos y jugadores de un equipo grandes ligas, para complementar así un grupo de peloteros que se encargaría de sacar al equipo de su mala fortuna. En la década de los 80 el equipo clasificó a cinco finales pero no corrió con la suerte de conquistar ningún campeonato.
Pero la asistencia al parque había aumentado y el equipo seguía mejorando, fue entonces cuando Cardenales se transformó en una empresa sólida y de mucho porvenir. El trabajo incesante de la directiva y sus peloteros despertaron a este equipo del estado agónico en que se encontraba. A finales de la década (1989), Cardenales daría un paso al frente con su nueva cara y aquel trabajo arduo empezaba a mostrar sus logros.
El equipo larense dio un gran paso al emerger de la pelota amateur para ser uno de los mejores conjuntos en la historia del país, a pesar de lograr su primer título luego de un cuarto de siglo, ya que en la temporada 90-91 alcanzó su primer banderín de campeón, al batir a los Leones en seis juegos, sustentado en su material criollo y la sabiduría como manager de Domingo Carrasquel, ex-jugador de los pájaros rojos.
La consagración del Cardenales, ocurrió en la década final del pasado milenio, llevando consigo la satisfacción de que la calidad de los peloteros nativos, no solo traería un título a tierras guaras, sino los primeros cuatro de una “Gran Cosecha Roja” que apenas recoge sus frutos.