Medellín

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(Redirected from Medellín (Colombia))
MEDELLÍN
Departamento Antioquia
Bandera
Escudo
Población 2.223.078 hab. (Dane-2005)
Área 382 Km².
Temperatura 22,5°C - 82°F
Altitud 1.538 msnm
Localización Latitud 6° 15' N; Longitud 75° 36' O
Alcalde Sergio Fajardo Valderrama (2006)
Sitio Internet
La Ciudad de Medellín es el segundo centro urbano más importante de Colombia y uno de los primeros en sectores como la industria y el comercio. Es además un centro universitario por excelencia, líder en investigación científica, medicina y tecnología. La ciudad de los contrastes, es la cuna de notables artistas, escritores y políticos. A pesar de haber pasado por una de sus más profundas crisis sociopolíticas (década de los 90 y los 80 del siglo XX), es en la actualidad meca del turismo y de encuentros nacionales e internaciones en áreas como la economía, la cultura y la ciencia.

Contents

Características

Medellín, como el mayor centro urbano del departamento de Antioquia, es legítima heredera y cabeza de una cultura fácilmente identificable y conocida como el paisa, que posee sus peculiaridades sui generis, tal cual es por ejemplo la descendencia de los arrieros de mulas, las maneras de ser, vivir la cultura, su arquitectura y comercio.

Pero también, en la ciudad se encuentra presente todo el elemento cultural nacional colombiano. Medellín es, ante todo, una ciudad de Colombia, y ello está expresado en sus propios conflictos, maneras de buscar soluciones, participaciones políticas, organizaciones sociales, literatura y arte. El mismo regionalismo a ultranza que presenta el medellinense como habitante de la región paisa en general, no hace sino confirmar esa identidad colombiana que se respira en la llamada “Capital de la Montaña”.

Medellín, por su ubicación geográfica de alta montaña tropical y clima primaveral estable, es una ciudad de encuentro de culturas nacionales e internacionales. También lo es por su propuesta de más de 35 centros educativos superiores, y por su dimensión comercial (tiene más de 30 centros comerciales), industrial e investigativa.

Es además ciudad de arte, literatura, música y otras expresiones que la hacen meca de la vida cultural en general. Medellín tiene una vida dinámica de exposiciones y eventos durante todo el año.

Vida cultural

Los siguientes son ejemplos de los principales eventos de la ciudad que tienen casi todos sede en la Plaza Mayor de Medellín, que incluye al Palacio de Exposiciones y Convenciones de la ciudad: Expofinca, Feria del Hogar y la Integración Cooperativa, Feria del Libro, Feria de la Antioqueñidad, Expocasa, Colombiamoda, Superventas, Feria internacional del Transporte, Café de Colombia, Saludexpo, Expoempresa, Bolsa Turística Internacional, Agroferia, Hecho a Mano.

Museos

Los principales museos de la ciudad son: Museo de Antioquia, Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), Museo de la Universidad de Antioquia, Museo El Castillo (Barrio El Poblado), Palacio de Bellas Artes, Palacio de la Cultura Rafael Uribe Uribe, Fundación Casa Museo Maestro Pedro Nel Gómez, Parque Botero, Museo Filatélico del Banco de la República, Casa Museo Santa Fe, Museo de Ciencias Naturales, Museo de mineralogía, Museo etnográfico Miguel Ángel Builes, Museo de la Madre Laura, Casa Museo Otraparte (Envigado).

MEDELLIN: EL PARAISO DE LOS DINOSAURIOS OLVIDADOS

Emilio Alberto Restrepo Baena

En cuanto a lo que se refiere a la música popular, Medellín ha sido considerado el paraíso de los dinosaurios olvidados. No es gratuito. Si repasamos las crónicas de los últimos cuarenta años, esta ciudad ha acogido en forma maravillosa, entusiasta, rotunda a muchos artistas que ya reposaban en los fríos cuarteles del ostracismo, artríticos por la nostalgia de aplausos, anquilosados por falta de reconocimiento y admiración.

Como los elefantes viejos que presintiendo su muerte buscan los valles secretos de África, donde después de una peregrinación solitaria se acuestan a esperar la muerte dejando cementerios llenos de huesos y marfil, testigos de antiguas fuerzas y lejanas batallas, muchos artistas vienen a Medellín en donde se encuentran un público que aún los ama y que con generosidad reencauchan los afectos de siempre, reeditando éxitos pretéritos, sacudiendo el pesado lastre del anonimato que tanto duele en el ego.

Y es que el fenómeno desatado por la muerte trágica de Carlos Gardel en la ciudad, disparando por los siglos de los siglos una veneración que raya en la idolatría, un ascenso inmediato al Olimpo de los dioses, un regodeo eterno con la gloria perenne de los inmortales, hace que en el inconsciente colectivo se fije la tradición de Medellín como elixir mágico contra la desmemoria. No en vano, mucho más que en otras ciudades, han terminado su vida artistas como Pepe Aguirre, Orlando Contreras, Edmundo Arias.

Y antes de morirse, ya muy ancianos y en precarias condiciones de salud, vinieron y cosecharon laureles Leo Marini, Daniel Santos, Alfredo Sadel, Lidia Mendoza, Hugo Romani, José Alfredo Jiménez donde un público complaciente y amable los vitoreó frenético y emocionado.

En los últimos años se presenta una especie de reedición de los cantantes de los años sesenta y setenta. Es común que un empresario junte para un mismo espectáculo a tres o cuatro artistas que forma individual no convocarían a nadie y aprovechando las cinco o seis canciones que a cada uno le dieron cierto reconocimiento y recordación, logra elaborar un repertorio digno y garantizar un aforo del teatro que recupere la inversión y divierta al público. Es por eso que personajes que ya habíamos desterrado de la memoria, o que creíamos muertos o confinados en un ancianato vienen más rejuvenecidos que nunca, embebecidos de nuevos bríos y entusiasmos a refritar sus antiguos temas.

De ahí que nos hayan visitado muchos baladistas en representación del paleolítico inferior y lo sorprendente es que aún diviertan a la masa y la emocionen, que asuman con dignidad la oportunidad para saborear de nuevo un aplauso luego de muchos años de estar cesantes, sin contratos, sin giras, sin temas y hasta sin voz. Este género conocido como “música de peluquería” o música “romanteca” o música “para planchar”, tiene plena acogida en nuestro medio, donde hay gran entusiasmo por estos temas cursis y de dudoso buen gusto, que evocan amores dulzones, con ritmos pegajosos y letra simples que permean rápidamente el oído de un sector muy grande de la población.

No es exclusivo de muchachas del servicio doméstico, ni de policías ni choferes de buses. En realidad gustan en todos los estratos. Y tienen temas para todos los gustos. Desde los virtuosos como Nino Bravo y Raphael hasta los limitados de voz como Cacho Castaña o Juan Ramón. Desde los líricos con alto nivel poético como Alberto Cortez o José Luis Perales, hasta los simples a más no poder como Palito Ortega o Luis Aguilé. Desde los melosos como Julio Iglesias, ( recordado como mister arequipe o señor melcocha) hasta los de voz ronca y carrasposa como Alberto Bourbón o Rabito (conocido cariñosamente y en confianza como “culito”. Desde los súper internacionales dueños del jet set europeo y norteamericano como Julio Iglesias o Charles Aznavour o hasta José luis Rodriguez “el Puma”, hasta los integrantes del proletariado estelar criollo como Galy Galeano (recordado como el rey de las guisas) o Raúl Santi, otro campeón súper favorito de nuestras nunca bien ponderadas sirvientas, o la nunca bien ponderada Vicky, que a toda hora parece convaleciente de una fiebre tifoidea.

También hay temas de gran elaboración literaria y factura poética impecable que se internacionalizan rápidamente y son versionados por múltiples artistas y orquestas , hasta adefesios que solo invitan a la risa y a la burla como esos que impusieron los argentinos cuando la mitad de la canción transcurría hablando por teléfono luego de timbrar varias veces, o ponían a niños a establecer diálogos lacrimosos con supuestos padres irresponsables o en lo más lamentable del melodrama, ponían a sollozar a una amante engañada desarrollando el más insoportable de los culebrones, con llantos descompuestos y deglución llorosa de efusiones nasales.

Definitivamente es un género de contrastes. Fluctúa sin reparos de lo brillante a lo mediocre, de lo original a la burda copia, de altos vuelos líricos y creativos a insufribles bodrios que generan lástima . Y hay público para todos. Y siempre hay quien los admire. Es por eso que en la misma emisora pasan de Juan Gabriel o Miguel Bosé a Charlie Zaa. De Víctor Manuel a los Pasteles Verdes. De Emmanuel a los Terrícolas. Y en fauna criolla recordemos a los íconos: Billy Pontoni, Oscar Golden, Claudia Ozuna, Claudia de Colombia, Tiziano , etc.

Retomando el tema del papel de Medellín como caja de resonancia de la nostalgia, recordemos a los que han venido a dar con el fardo de sus fósiles a la ciudad. La lista es enorme.

Superestrellas como Camilo Sesto, auténtico ídolo de los años setenta, lleno de pergaminos y de éxitos, vino en plena euforia de su vigencia realizando conciertos inolvidables. Con los años trató de repetir su experiencia con resultados poco menos que lamentables. En el último vino como parte integrante de un multiconcierto de ancianos, uno más entre otros artistas. Ya no era la figura central, sólo uno más. Y el resultado fue desastroso. Su privilegiada voz era ya solo un mal remedo de sí mismo; su cuerpo ya cincuentón lucía anacrónico con su estado actual, pues se negaba a reconocer el paso de los años, sobre todo en él, reconocido como un adonis de belleza gallarda y varonil. Sin embargo, el público fue benigno, por no decir que excesivamente tolerante y lo aplaudió de continuo en forma entusiasta, más como homenaje y reconocimiento a su carrera que a su presentación esa noche. Es sobre todo cuando se oyen las grabaciones que uno siente vergüenza ajena al oír sus aullidos ya carentes de sutileza y tesitura , volcados en unos gritos histéricos más cercanos a la cacofonía que a la armonía.

En esa presentación fue acompañado por otro par de venerables patriarcas: el venezolano Rudy Marquez, conocido cariñosamente como “carequeso”, “el absceso de la canción” o “la espinilla que canta” pues el particular aspecto de su rostro haría las delicias de un esteticista o de un cirujano plástico, y de Leo Dan, el argentino que hizo las delicias de nuestros bisabuelos con mil canciones todas rítmicas, todas parecidas, simples a más no poder, pero llenas de un sonsonete que las hacía pegajosas y con éxito garantizado. El viejo Leo hizo su función con la misma voz de siempre ( no hay riesgo que se le desgaste) obeso como un hipopótamo, casi anciano, lo que hacía un gracioso contraste con sus temas tan livianos y juveniles e irradiando la simpatía de siempre. El público, por supuesto, le dio tratamiento de gran estrella y su ego se enmaletó una gran ovación que aún debe estar añorando.

Otros que circulan en este carrusel del recuerdo fueron el argentino Heleno, recordado como “la rodilla que canta” o “Meleno”, por su cabeza brillante como una bola de billar, quien a falta de una orquesta o una banda pues por cuestiones de presupuesto no la puede pagar, trae una pista grabada, sobre la cual, sin ningún rubor , recrea sus antiquísimas canciones con la voz melosa y acaramelada de los viejos tiempos. Otro argentino ya casi olvidado fue Elio Roca. También vino, cantó y venció. Su voz de tenor permanece intacta y poderosa, en contraste con su imagen de postín decadente, con tumulto de chicas contratadas incluido, las cuales al verlo, gritaban, lo besaban, lo acosaban en tropel. Patético pero divertidísimo deleitarse con este galán de pacotilla, quien no ha podido entender que estos trucos generan más risa compasiva que admiración.

También vino el español Manolo Galván, decrépito y macilento, más ronco que nunca, bebiendo en el escenario, fumando sin pudor entre canción y canción, regañando al público porque fue silbado cuando intentó a las malas cantar sus canciones nuevas mientras el respetable le pedía a gritos los temas de hace treinta años. Cuando se resignó y se concentró, estuvo a la altura de sus mejores días.

El argentino Sabú se debió haber sentido en el cielo cuando salió casi en hombros de su presentación. Tanto en físico como en vitalidad, energía y voz está intacto. El público así lo reconoció y lo aplaudió a rabiar. Quedó un grato sabor con su espectáculo. Lo mismo ocurrió con el español Juan Erasmo Mochi, quien conserva una gran voz, un carisma a toda prueba, una simpatía natural que conecta inmediatamente con la gente; salió aplaudido.

Para no extender más el recuento, simplemente enunciamos a Manolo Otero, Emilio José, José Velez , Victor Heredia , José José , Leonardo Favio, Tormenta, Los Galos, Los terrícolas, Los Iracundos que también con el sol a sus espaldas han sabido venir a divertir a sus admiradores, ya viejos, ya baratos, ya un poquito en el olvido por no decir en la decadencia.

En fin, hay muchos artistas que han desfilado en el ocaso de sus años idos por nuestros auditorios y los han llenado, recreando glorias y desempolvando las nostalgias de su propia desmemoria y las de un público que los necesita para sentirse un poco más joven, para negar en sí mismo el cruel paso de los años y la evidencia de la pérdida de la juventud, porque no tiene ídolos vigentes a quien admirar, o son muy distantes o son tan costosos que no vienen a nuestras ciudades de provincia, o en el cúlmen de su carrera nos desprecian por pensar que no estamos a la altura de su condición .

Esperemos que envejezcan y terminen arrastrados en el torbellino del olvido, del silencio, del anonimato y aquí vendrán a dar, por unos cuantos dólares, ya sin poses de grandes estrellas, con unas pretensiones mucho más modestas , llenos de kilos y de canas . Aquí los aplaudiremos a rabiar, los haremos sentir más jóvenes y aún exitosos porque ellos nos hicieron un poco más felices, nos acompañaron en el amor y en el desamor, nos hicieron derramar lágrimas de cursilería y risas de encanto en un tiempo en que todo era un poco menos duro.

e-mail: emiliorestrepo1@une.net.co; resba@epm.net.co

emiliorestrepo@blogspot.com

Religión

Medellín es además una ciudad en su mayoría católica, pero con el advenimiento de otras minorías culturales y las reformas políticas sobre libertad de culto, la ciudad se ha hecho sede también de otras manifestaciones religiosas no católicas.

CRONICA ESOTERICA DE MEDELLIN Emilio Alberto Restrepo Baena emiliorestrepo1@une.net.co

Cuando aún era un niño, por allí en los tempranos años setenta, era de mucha usanza en Medellín el jugar con esoterismo, trivializando conceptos como el espiritismo, la tabla ouija, el hipnotismo, etc., que fueron moda entre los jovencitos, usualmente dirigidos por alguien más mayor, pero no más experimentado, haciendo un manejo irresponsable de estas tremendas fuerzas en fincas, fiestas y cementerios. La motivación era básicamente curiosa, cuando no morbosa. Nos producían gran atracción las historias de espantos, de invocación de espíritus y de extrañas energías del mas allá.

Era común convocarse alrededor de una tabla ouija, dirigidos por un médium de pacotilla y empezar a hacer contactos con muertos cercanos a nuestros afectos. Muchas veces no ocurría nada objetivo, solo confusas interpretaciones de nuestros crispados y excitados nervios. En otras veces, las menos, puedo jurarlo, hicimos contacto con energías que venían de otras dimensiones extrafísicas e incluso a través de la tabla, contestaban preguntas o traían mensajes.

No era gratuito el molestar el descanso eterno de las almas en pena. En la casa de una amiguita, una tarde, al escondido por supuesto, hicimos contacto con un espíritu al que no fuimos capaces de controlar. Se quedó enquistado en la casa de ella y a partir de ahí fue el horror. Pesadillas y terrores nocturnos de los dos niños menores. Nuestra amiga quedó con una cefalea crónica, una irritabilidad y una depresión que la hicieron retirar del colegio.

Ruidos, luces, movimientos extraños y anormales de las cosas y un estado de ansiedad generalizada en la familia, que solo se vino a dilucidar cuando se confesó que todo ocurrió después del mal manejo de una tabla ouija. Había quedado suelta un alma errante, un espíritu burlón sin descanso ni sosiego que vivía en muerte su situación de purgatorio infinito, mal traído a un estado más físico en la tierra. Solo los buenos oficios del padre L. lograron hacer desocupar la casa de tan incómodo advenedizo.

Este furor del manejo de la tabla aparentemente dejó brechas abiertas o mal cerradas que propició que muchos espíritus, mucha energía del más allá quedaran circulando en torno a la ciudad. Ciertos estudiosos del esoterismo creen interpretar este fenómeno como el desencadenante de la terrible ola de violencia y maldad que a partir de los años ochenta invadió la ciudad como una peste, como una plaga de carácter apocalíptico. La teoría es simplista pero efectiva. Muchos espíritus errantes, furiosos por ver violentado su estado etéreo, con muchos pecados aún sin purgar, circulan en torno a la ciudad. Tienen especial apetencia, según esta teoría, por los hijos de madres solteras, o en pecado original, o producto de violaciones, o con proclividad para el crimen y la delincuencia. Transmutan su energía al alma de la criatura en gestación o en parto y corrompen su alma llenándosela de odio, resentimiento y maldad. Esto explicaría porqué cuando fueron creciendo, a mediados de los años ochenta, tantos jóvenes se tornaron en delincuentes, sicarios y rufianes. Según esta hipótesis, los indígenas del Valle de Aburrá se asentaron a orillas del río Medellín y allí tenían sitios de ritual religioso llenos de poderosa energía; en sus cementerios ocultos reposan los cuerpos de hombres y mujeres buenos que murieron en santa paz y llenos de una fe pura en sus dioses naturales, con poco componente de suciedad en sus almas; los espíritus liberados en las fallidas secciones de espiritismo son repelidos por esta fuerza protectora y empiezan a girar centrífugamente hacia las montañas que hoy ocupan las laderas laterales de la ciudad, por donde empezó la gran descomposición criminal de la ciudad que luego se generalizó. La ola de asesinatos, los accidentes de tránsito, las muertes violentas en personas jóvenes y poco piadosas que no tienen tiempo de arrepentirse o de hacer transición energética hacia otros niveles superiores de conciencia, supuestamente generan una liberación brutal de energía nefasta que perpetúa el fenómeno y genera un círculo vicioso de ruindad y perdición que penetra en todos los rincones.

Esta original teoría, creída fanáticamente por sus adeptos, trata de explicar el origen metafísico de la mala onda de Medellín.¿Y por qué a Medellín? ¿ Porqué involucró en esas épocas las comunas noroccidental y nororiental?, ¿ Porqué en hijos de hogares descompuestos o de madres pobres cabezas de familia?.Las respuestas estarían en el párrafo anterior. Analizan los aterradores niveles de violencia de la ciudad, los extremos de criminalidad comparados con todas las otras capitales.

Para contrarrestarla, hicieron una discreta pero efectiva campaña de erradicación de las secciones  aficionadas de espiritismo, del uso de tablas ouija  por inexpertos, de  crear terror reverencial a irrespetar sin convicción y sin necesidad el descanso de los muertos . Y es cierto que hoy escasamente se juega con éstos elementos en fincas o fiestas o paseos, ni son dirigidas por muchachitos juguetones. 

Como toda acción tiene una reacción, empezaron a proliferar todo tipo sectas religiosas, de todos los orígenes y todas las clases para tratar de contrarrestar con misticismo, el exceso de energía maligna. . Según estudios, en Medellín se encuentra la mayor concentración de todo el país de ritos paralelos al catolicismo. No solamente cristianos protestantes, sino afectos al hinduismo, musulmanes, meditadores, egiptólogos piramidales, rosacruces, masones, grupos de sanación, seguidores del reverendo Moon, etc., en una búsqueda frenética de un camino, de una razón, de una verdad, de un sentido que dignifique y justifique la existencia. También es cierto que aquí se encuentra la mayor incidencia de profanación de tumbas, de robo de cadáveres, de violaciones y secuestro de niños para involucrarlos en rituales satánicos, que incluso obligó a la fiscalía a crear un grupo específico para contrarrestar estas expresiones de satanismo en Medellín, que según el diagnóstico ya se volvió un problema epidémico y de salud pública.




MEDELLIN UNDERGROUND EmilioAlbertoRestrepoBaena emiliorestrepo1@une.net.co

La ciudad , tal como la conocemos, es nuestro hábitat natural, el lugar donde transcurre nuestra cotidianidad y nuestro quehacer. La gran mayoría vivimos en ella y de ella. Allí trabajamos, estudiamos , nos recreamos, casi siempre en una forma convencional, normatizada, predecible, organizada. Tenemos rutinas predeterminadas que condicionan nuestro comportamiento social en un equilibrio mas o menos justo entre nuestros derechos y deberes. Casi todos somos así. Casi todos tenemos un trabajo socialmente aceptado, estudiamos en una institución conocida, vivimos en un barrio nomenclado.

Pero hay otra ciudad que no conocemos. Hay otra urbe subterránea en total contravía de la que asumimos a diario, verdadero laberinto oscuro, impreciso, indefinible, que vive a su propio ritmo y con unas reglas de juego sorprendentes y a veces aterradoras. Es lo que se conoce entre iniciados como el “Medellín Underground”. Y no solamente nos referimos al crimen organizado, que en toda ciudad ocupa su lugar dentro del espectro de lo “normal”, de lo esperado. Por eso no nos sorprende que haya traficantes de droga, de armas, sicarios, ladrones de autos, guerrilleros, paramilitares, asaltantes callejeros, etc, que ya se convirtieron en parte del paisaje natural de las grandes y aún pequeñas ciudades.



Nos referimos a otros mundos menos definidos, más volátiles, más borrosos . Por ejemplo hay un grupo de desposeídos que asumen su tragedia de parias con una dignidad distinta a la de los tugurianos o de los desplazados. Se trata de errabundos de más astucia que viven del descuido de las agencias de arrendamientos, cuya rutina consiste en simular que son potenciales clientes de un apartamento de barrio de clase media o alta, sobre el cual averiguaron que hace mucho tiempo no se alquila . Se presentan bién vestidos, con cédula en mano y piden prestada la llave para supuestamente verlo y alquilarlo . Le sacan copia, la devuelven, y luego por la noche entran subrepticiamente a él. Usualmente repiten el ciclo por varios meses, hasta que tienen que salir, pero pasan a ocupar otro que previamente detectaron . Allí expertos en silencios y oscuridades pernoctan, cocinan, se aman, pasan la vida en espera de mejores tiempos. No es extraño; esta población evanescente es más abundante de lo que uno piensa.

Otros con menos fortuna viven bajo los puentes de las quebradas y más aún, en el sistema de alcantarillas aledaño al río, donde hay todo un submundo laberíntico ocupado por familias enteras, clanes que no necesariamente conforman rufianes o pillos. Ingeniosamente se instalan servicios públicos de contrabando y la policía conoce de verdaderas batallas campales y tragedias en la lucha por el territorio, pero se ven intimidados para ejercer allí la autoridad. En los barrios de bajos fondos existen casonas viejas colonizadas por hordas de viciosos que se encierran allí para consumir drogas en condiciones extremas de hacinamiento, suciedad y promiscuidad. Todos recordamos el allanamiento por parte de las autoridades de un viejo edificio ubicado en “Barrio Triste” conocido como “Las cuevas”, de donde expulsaron más de doscientas personas que vivian día y noche durante meses consumiendo toda clase de sustancias; se encontraton túneles que comunicaban con otras construcciones para huir en caso de emergencia, se encontraron niños de meses que habían nacido allí y nunca los sacaron a la calle y mucho menos los registraron ante la ley, en una situación aberrante de desnutrición y descuido, conviviendo como bestias con todo tipo de roedores e insectos.

En el mundo del entretenimiento, no todo son centros comerciales, parques públicos, teatros o museos. Además de la prostitución profesional tradicional tan ancestralmente arraigada en todas las poblaciones, hay sistemas especializados en sexo para satisfacer todos los gustos, dejando casi sin límites a la imaginación : prostitución de niños de ambos sexos, sin discriminación de estrato social, a domicilio, sin limitaciones en el momento de satisfacer al cliente ; ofrecimiento de sexo real con animales o bestialismo, que sorprende por el entrenamiento que tienen para ejercer el oficio ; casas de citas con colegialas de verdad, que a escondidas de su familia ejercen su labor aún en locales de lujo y por catálogo. Modelos de moda, que si se logran contactar en forma precisa, venden sus favores por millonarias cifras. Estudiantes de ambos sexos que hacen visitas domiciliarias para practicar por una suma de dinero masajes de todo tipo, shows de nudismo privado o para pequeños grupos, sexo colectivo, espectáculos de sado-masoquismo, despedida de solteros, uso de los más sofisticados aparatos, etc. Es común contactarlos en los medios universitarios y en publicaciones especializadas . También existen en la ciudad salas de cine “snuff”, donde proyectan películas de filmaciones reales de sexo “duro”, donde derrochan altísimas dosis de violencia sexual y física e incluso ocurren muertes reales, no fingidas por la víctima . Hay quien asegura sin poderlo demostrar que varias de esas películas han sido filmadas en la ciudad . También hay sitios especializados en intercambios de parejas, clubes y bares de homosexuales, todo tipo de shows de striptease , salas de lucha libre nudista, clubes de pelea con sistema de apuesta; ahora florecen las líneas calientes, donde se da rienda suelta a todo tipo de expresiones sexuales y pornográficas por teléfono, lo cual ha resultado ser un negocio redondo. Tambien se hacen revistas eróticas y se filman videos comerciales de pornografía.

En el campo de la rumba, con énfasis en la población de adolescentes y adultos jóvenes, han proliferado locales anónimos y bién camuflados donde se rematan las fiestas o donde la gente sigue bailando y bebiendo una vez cerradas las tabernas y discotecas. Se conoce como salas “after party” y allí, a puerta cerrada, con discreción para la admisión de los clientes, muelen música a volumen y ritmo estridente hasta ver el amanecer . Se consumen todo tipo de licores sin restricción y parece que la droga circula a manos llenas .

El bajo mundo también tiene sus expresiones poco convencionales en el submundo urbano. Según un conocedor, en Medellín es posible conseguir absolutamente cualquier cosa. Desde narcóticos de todo tipo como la marihuana y la cocaína, hasta droga dura como la heroína y el ácido ( LSD ) , pasando por las pastas, de las cuales ahora hacen furor unas llamadas “éxtasis”, “Blues”, “Pulpos”,etc. Hay un tráfico descomunal e ilimitado. Se consiguen armas de corto y largo alcance, de todos los calibres, profesionales y también de confección casera artesanal o “hechizos”.

Se venden y compran cheques, facturas de difícil cobro, contenedores con mercancía, medicamentos europeos y americanos originales y falsificados, dólares buenos y falsos, marquillas de ropa fina, animales exóticos y en peligro de extinción, etc.

Este mercadeo de todo tipo de artículos se hace en lugares públicos que operan bajo otra fachada en edificios de oficinas y aún en las grandes plazas de mercado . Solo se necesita un buen contacto y efectivo en la mano . Allí mismo funcionan oficinas para contratar sicarios, para hacer cobros de deudas difíciles por vía de la intimidación, para trabajos de detectivismo informal o seguimiento y espionaje de víctimas potenciales de secuestro y extorsión, de infieles o de socios sospechosos de fraude, para ejecutar actos de terrorismo o para intervenir teléfonos, para falsificar firmas o documentos, para “lavar” o borrar cheques. Se fabrican cédulas, pasaportes , visas falsas, tarjetas del seguro de U.S.A.; se cambian marcaciones de motores, de máquinas y vehículos, etc. Es real. Todo es posible . Siempre hay un experto dispuesto a realizar cualquier tipo de trabajo sin escrúpulos ni condicionamientos de tipo moral y ético .

En este comercio ilícito, posiblemente el más increible y aberrante es el humano. Como en la mejor tradición de la esclavitud o del feudalismo a usted le venden mujeres campesinas de extrema pobreza venidas de la costa y del Chocó . Allí los padres de familia solo necesitan hijos varones para trabajar la tierra y no pueden darse el lujo de criar y sostener mujeres . Solo necesitan una que cuide la casa, haga la comida y cumpla funciones sexuales y reproductivas . Es más útil un burro, un perro cazador, herramientas, utensilios de cocina y víveres .


De esto se aprovechan intermediarios que hacen la conección y las venden a las familias de la ciudad para el servicio doméstico a bajo costo, sin sueldo y sin prestaciones sociales y a veces terminan en la prostitución . En su mente se asumen como propiedad exclusiva del dueño en una actitud sumisa e incondicional. Tambien se dá el caso de personas que alquilan niños que son utilizados para pedir limosnas en las calles .

En la ciudad proliferan las sectas satánicas, con sus rituales y convicciones y en varias ocasiones han sido vinculadas a episodios de robo de niños, oleadas de suicidios, intoxicaciones colectivas, etc. Suelen hacer sus reuniones, conocidas como aquelarres o “sabbaths” en garajes, sótanos e incluso cementerios y ocasionalmente acompañadas de un grupo de rock fuerte, bailando una música violenta y frenética conocida como “pogo”, terminando en desenfrenadas francachelas de alcohol, drogas y sexo promiscuo . Algunos aseguran que hay pederastría y bestialismo, y los han asociados con crímenes varios, como vandalismo, profanación de tumbas, violación de menores, sacrilegios religiosos e incluso asesinatos.

En fin, el laberinto interminable del Medellín subterráneo que desconocemos o que no queremos ver, sigue su marcha a su propio ritmo y con sus propias leyes, muchas veces entrelazando sus tentáculos con el Medellín “normal”, el cotidiano, el que nos ocupa nuestro día a día. El que la mayoría no lo conozcamos, no implica necesariamente que no exista y en ocasiones el descubrirlo abruptamente es una terrible y confrontadora experiencia que puede tocarnos directamente en carne propia o en la de nuestros propios hijos.


Lo más impresionante es que los protagonistas de muchas de estas historias oscuras que realmente estan ocurriendo están a nuestro lado, pasan camuflados por nuestras narices sin que nos percatemos de ello, bien sea como ejecutores o como víctimas de ese retorcido mundo. El anonimato, la doble vida, el carácter soterrado, lo subrebticio es característica fundamental para que el vecino, el hermano, el hijo o el esposo pasen desapercibidos.

Deportes

En noviembre 10 de 2006, Medellín fue seleccionada por la Organización Deportiva Suramericana, como sede de los Juegos Sudamericanos de 2010, venciendo en esta aspiración a Santiago de Chile y sucediendo a la ciudad de Buenos Aires, Argentina.

El fútbol es sin duda el deporte más popular de los habitantes de Medellín. La ciudad puede verse paralizada ante un eventual “clásico” que puede ser celebrado como un auténtico y espontáneo carnaval. La Avenida 70, especialmente entre el sector de El Estadio y la Universidad Pontificia Bolivariana, es el lugar tradicional de las celebraciones futboleras. Los dos equipos profesionales de la ciudad son el Atlético Nacional y el Deportivo Independiente Medellín.

La ciudad es una potencia deportiva significativa en el panorama nacional. Los equipos o deportistas medellinenses se destacan de alguna manera en los diferentes encuentros. Las principales ligas de la ciudad son las siguientes: Atletismo, baloncesto, balonmano, béisbol, ciclismo, esgrima, fútbol, gimnasia, judo, karate, microfútbol, monopatín, motociclismo, natación, patinaje, fisioculturismo (pesas), softbol, teakwondo, tejo, tenis de campo, voleibol, ajedrez, tenis de mesa y voleibol de playa.

Un deporte muy especial en Medellín, y en general en toda Antioquia, es la equitación. Por tradición, desde los días en que a lomo de mula y caballo se desarrolló la comarca antioqueña, los equinos forman parte de la familia paisa, y los caballos aquí son verdaderas mascotas. Durante la afamada Feria de las Flores, las cabalgatas de Medellín son Récord Guiness 1996 y 1999.

Turismo y recreación

Si hay algo peculiar qué ver en Medellín -y con qué recrearse aquí-, es su particular identidad cultural, es decir, sus gentes, sus tradiciones y modo de ser, que distinguen a la ciudad. La belleza de las mujeres en Medellín y de las antioqueñas en general es proverbial, y el carácter hospitalario, servicial y amable de la ciudadanía para con el visitante son reconocidos por doquier. Como cualquier lugar turístico de primer nivel, Medellín ofrece éstas y otras íntimas fortalezas al turista.

La ciudad cuenta con centros de turismo que orientan y ayudan al visitante en las especialidades de este destino viajero, y abren sus puertas a una experiencia de montaña moderna y singular.

Hay más de 40 agencias de viajes registradas. Medellín es una comunidad con buena propuesta de paisajes, orden y limpieza, modernismo, centros comerciales, vida nocturna, transportación, eventos, lugares de interés, hotelería, gastronomía, parques y riquezas arquitectónicas.

Los eventos tradicionales e históricos con proyección nacional e internacional que la distinguen son variados. Se trata de fiestas que nacieron del contexto artesanal, artístico, religioso y cultural de la urbe, y que guardan estrecha relación con la peculiar identidad del departamento de Antioquia y el temperamento arriero, colonizador, emprendedor, montañero y en general, paisa, todo lo cual está puesto a las órdenes del visitante.

Algunas de estas fiestas son la Feria de las Flores, celebrada a finales de julio y principios de agosto, el Desfile de Mitos y Leyendas, que se lleva a cabo cada 7 de diciembre, y los Alumbrados Navideños de cada fin de año, un verdadero derroche festivo.

Medellín es la segunda ciudad más importante de Colombia y sin duda alguna, una de las más bellas. Un hermoso paisaje acompañado de gente alegre y amigable hacen de ésta una encantadora ciudad con mucho que ofrecer a sus visitantes. Entérese de su historia, su transformación, sus sitios de interés, conozca a su gente y prepárese para disfrutar de una Medellín que se renueva cada día más.

Clínicas y hospitales

Medellín cuenta con una infraestructura de 184 hospitales y clínicas, 107 centros y 238 puestos de salud. En cada zona y comuna existe un centro médico oficial. El servicio de salud es excelente, y la ciudad posee fama mundial en ciencia y servicios médicos.

Algunos de los principales centros hospitalarios de la ciudad son: Hospital Universitario San Vicente de Paúl, Hospital León XIII, Hospital General, Hospital Pablo Tobón Uribe, Clínica Las Américas, Clínica Medellín, Clínica Las Vegas, Clinica Soma, Clínica El Rosario, entre varias más.

En los últimos años se ha incrementado mucho el número de visitantes foráneos interesados en los más avanzados servicios médicos mundiales homologados de transplantes y biología molecular que se prestan en esta capital, y de turistas interesados en los servicios de cirugías plásticas.

Alcaldes de Medellín

Desde 1988 los habitantes de Medellín pueden elegir a su alcalde por voto popular. Las siguientes son las personas que han ejercido dicho cargo en la ciudad desde 1988:

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